No es ninguna novedad señalar que hace tiempo la valorización financiera del capital supera a su valorización productiva. Las finanzas ya no son sólo créditos a las empresas, emisión de acciones u obligaciones negociables para financiar inversiones productivas, sino principalmente un ámbito virtual donde operan mecanismos especulativos como el trading algorítmico o la titularización masiva de activos. La desconexión entre el valor financiero y el productivo del capital explica en gran medida las “burbujas” en los valores, los frecuentes fraudes y las crisis como la del mercado de hipotecas sub-prime de 2008, cuyo origen fue la multiplicación de instrumentos financieros sin respaldo tangible junto con la ineficacia o desidia de las instituciones regulatorias.
Pese a estas experiencias, continúan estas prácticas y la presión de poderosos intereses para relajar controles e impulsar todo tipo de instrumentos de especulación financiera, incluyendo a las llamadas "cripto-monedas". En términos generales, se trata de activos intangibles (códigos informáticos simples) creados por grupos privados para operaciones comerciales y financieras. Son activos descentralizados que no pasan por bancos privados ni bancos centrales. Su integridad y seguridad no se basa en el respaldo de instituciones que responden a normas legales, sino en tecnologías criptográficas como "block-chains".
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