Innovando en su tercer mandato, el presidente Luís Inácio Lula da Silva lanzó un ambicioso programa de renegociación de deudas con enfoque en la población morosa, que ha crecido de forma exponencial en los últimos años gracias a una expansión sin precedentes del mercado de crédito en Brasil. El Programa Desenrola Brasil, una promesa de campaña, surge como un salvavidas para decenas de millones de brasileños que han acumulado retrasos en sus pagos, alimentando niveles crecientes de morosidad. Atrapados en la negatividad, han perdido acceso al consumo financiado a través de endeudamiento con el sector financiero, así como a través del crediticio, una forma popular de financiar compras en el gran comercio minorista. Si el crédito en Brasil es caro, muy caro, en particular el crédito al consumo, la exclusión del mercado de crédito donde se pueden financiar necesidades básicas que los salarios no alcanzan representa una amenaza para la propia reproducción social de las clases trabajadoras.
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