Para los economistas del saber convencional, la moneda no es más que un medio que facilita los intercambios mercantiles y una de las tantas formas para acumular y distribuir riquezas. Para ellos la sociedad sería una simple agrupación de individuos a los que consideran como iguales sencillamente porque los suponen libres para contratar; la moneda se entiende como un instrumento que facilita esos contratos. Les resulta indistinto si es oro, sal o un billete que recuerda la soberanía política del emisor (local o extranjero).
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