Para muchos países, ya no tiene sentido hablar de «crisis» del Estado de Bienestar. No es que la crisis ha sido superada, sino que los principios de organización social se modificaron profundamente y, con ello, se alteró la forma y el contenido de los problemas sociales. Precisamente, la idea de una «Nueva Oscuridad» pretende ilustrar, en base al caso de la Argentina y del contexto general de América Latina, las características de ese doble fenómeno: los profundos cambios ya impuestos y las inconsistencias de los nuevos modos de funcionamiento social. En el análisis aquí desarrollado se ponen en evidencia elementos comunes con otras experiencias contemporáneas, como lo son la erosión del sentido de lo público y la ficción del interés común que dicen representar los grupos de poder que impulsan las reformas.
Como su pasado populista, del cual es heredero, este presente neoconservador es incapaz de iluminar un camino de progreso en el sentido que marcan los ideales de una sociedad eficiente, libre e igualitario. En este tipo de sociedad, los únicos en condiciones de ejercer el pluralismo político son las elites económicas, disponiendo el peso de sus apoyos de una a otra coalición de gobierno. Gracias a la prosperidad sin límites de ciertos grupos privilegiados la democracia se vuelve un ambiente desjerarquizado donde se distribuyen recompensas en base a «méritos» fundados en el clientelismo y en la aceptación de un sistema de valores que se piensa no desafiable.
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366 páginas, 2ª edición 1998. ISBN 950-9467-38-3. Formato 12,5 x 19,5 - Rústica - Colección: Políticas Públicas (en coedición con el CIEPP –Centro Interdisciplinario para el Estudio de Políticas Públicas–).
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